Consejos de nuestro Obispo para vivir la Semana Santa en nuestro hogar

En el Decreto del 31 de marzo, nuestro Obispo nos ofrece importantes claves para vivir intensamente esta Semana Santa desde nuestro hogar:

«Hemos de ponderar con la más alta valoración la importancia de la oración en familia que, tal vez, estas semanas de confinamiento en el hogar pueden ayudarnos a redescubrir. Vimos demasiado dispersos y la diferencia de horarios laborales y ocupaciones, en cuanto tales, descomponen a veces de forma bien conocidas la vida familiar como vida de gozosa comunión. Se nos brinda ahora la ocasión de recobrar esa comunión con frecuencia disminuida y deficiente, impedida y que poco a poco va distanciando a los miembros de una familia. Es la ocasión, ciertamente, para orar juntos y dejarse acompañar recíprocamente.

Exhortamos a la lectura de la Sagrada Escritura, porque la Biblia está en casa, pero quizá no se abre con frecuencia y regularidad. Esta lectura se puede acompañar de la Liturgia de las Horas, cuando hay alguna familiaridad con la recitación de los salmos. Hay personas que desearían tener tiempo para unirse a la recitación de alguna de las horas litúrgicas que a diario recitan los sacerdotes, religiosos y religiosas, y hombres y mujeres laicos, mayores y jóvenes. Son personas que, por su práctica de fe explícita y sin inhibiciones, desean contar con tiempo para introducirse con libertad y gusto espiritual en la recitación de los salmos y las lecturas del oficio divino. Estos días de confinamiento son un buen momento para la recitar algunas horas litúrgicas. Necesitan la ayuda de los sacerdotes como pastores de las comunidades parroquiales, para ser introducidos o acompañados en la lectio divina. Si el confinamiento lo impide, a veces se puede uno servir de la telemática para lograr lo que se propone, cuando ciertamente es posible.

Al mismo tiempo que exhortamos a la lectura de la Escritura y a la participación en las acciones litúrgicas, en este tiempo difícil, estaremos en comunión espiritual con las celebraciones sacramentales que se transmiten en directo. Algo que nos parece deseable recuperar donde se ha perdido es el rezo del Santo Rosario personalmente y en familia. Esta sencilla y honda plegaria va desgranando los misterios de la fe y amparando al orante con la intercesión materna de la santísima Virgen María. Cuánto bien ha hecho y hace esta plegaria que está al alcance de todos. Unido al Rosario, el rezo diario del Ángelus, al que nos invita a mediodía el sonar de las campanas y la pausa de la radio, cuantos siguen recitando esta oración mariana evocan la encarnación del Verbo eterno en nuestra carne.

No queremos olvidar que, en el tiempo de la Cuaresma, la tradición del ejercicio del Viacrucis está muy extendida desde siglos en nuestras parroquias. Cuánto bien puede hacer también acompañar el camino de Jesús a lo largo de la Vía dolorosa hasta el Calvario, asociando nuestros sufrimientos personales y los de nuestros hermanos a los dolores de Cristo y de su santísima Madre. El camino del Calvario nos deja ante la cruz alimentando en nosotros la esperanza de la resurrección, y la recuperación de una visión clara, aunque sostenida en la fe, de la vida perdurable, eterna».

Con respecto al seguimiento de las retransmisiones litúrgicas, nos advierte lo siguiente:

«Hemos de tener presente que no todas las redes y medios de comunicación tienen la misma programación ni los mismos objetivos, al proporcionar la imagen que transmiten; ni tampoco todas las redes lo hacen en las mismas condiciones comerciales. Cuando estas retransmisiones proporcionan en vivo la celebración de la santa Misa, se puede correr el grave riesgo de exponer la celebración eucarística a una utilización de la red transmisora que impide o desfigura el objetivo propuesto. Ocurre entonces que sus resultados son contrarios a la finalidad de quienes actúan la transmisión con voluntad pastoral y de quienes la visionan para estar en comunión espiritual con la Misa transmitida. Con la utilización de estas redes y/o medios de comunicación no se alcanza el objetivo religioso que se pretende ofrecer. Además, se impide, de hecho, la comunión espiritual con el misterio sacramental que se está celebrando. Sucede de este modo porque, al ser la retransmisión constantemente interferida por comentarios y cuñas publicitarias, se hace imposible la comunión espiritual.

Por otra parte, hay redes en las que se hallan conectados grupos de amigos y conocidos que cuentan con miembros que carecen del interés religioso de quien actúa la transmisión de los actos de culto. Si la finalidad del que transmite es ofrecer a los feligreses de la comunidad parroquial la santa Misa o los actos litúrgicos y devocionales, se yerra en el objetivo. Una red de amigos, a veces de diferentes lugares y contextos no son la comunidad parroquial a la que se quiere prestar un servicio pastoral.

Por todo lo dicho, sin considerar que en estas transmisiones de las redes entran otros intereses y, en algunos casos, objetivos que de ningún modo se contemplan en este Decreto, cabe tomar en consideración que hoy los fieles tienen a su alcance medios de comunicación suficientes para el fin religioso que quieren obtener las transmisiones mencionadas. Tanto la santa Misa como diversos actos de piedad, así como acontecimientos religiosos, son retransmitidos por televisiones públicas y privadas, como sucede con RTVE y 13TV, igual que por las cadenas de Radio como COPE; y otras estatales y privadas de iniciativa social, además de las propias de la Iglesia. Estos medios de comunicación ofrecen con garantía a los fieles la santa Misa y otros actos de culto y devoción, por cuyo medio se logra el verdadero objetivo de la retransmisión: la comunión espiritual con la realidad sacramental y devocional que se facilita en directo.

En este sentido, los Decretos de la Congregación del Culto Divino especifican que se avise a los fieles de los horarios de retransmisión en directo de los actos de culto y de las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa, aprovechando que los medios pueden ayudar a la verdadera comunión espiritual de los fieles con la realidad sacramental de la celebración. Por lo cual, se excluye servirse del grabado que sólo proporciona un visionado efímero de algo que fue realidad y ya no lo es.

Con el fin de ofrecer la santa Misa celebrada en la Catedral de la Encarnación a los fieles diocesanos, especialmente las personas enfermas y las que por razones de movilidad y otras no pueden salir de casa y se sirven de la carta de servicios religiosos, hemos comenzado su retransmisión. Ofrecemos así la posibilidad de incorporarse espiritualmente también a la celebración litúrgica del Obispo diocesano y del Cabildo Catedral. La retransmisión se realizará por el canal YouTube, inaugurado el V Domingo de Cuaresma, que continuará ofreciendo la santa Misa dominical a las 11,30 h. y la recitación de laudes y Misa cada día a las 9,00 h.»

En obediencia filial a nuestro Pastor, se ofrece el horario de retransmisiones que celebrará desde la Catedral. Lo importante es que vivamos la liturgia de la Semana Santa, antes que otras consideraciones.