En una ceremonia sencilla e íntima, que ha dirigido la voluntaria doña Adora Granero, los familiares de don Jacobo Soto han recordado su profunda devoción por la Pequeñica y la satisfacción de que sus libros sean custodiados tan cerca de la sagrada imagen. Algunos de sus nietos, incluso, aprovecharon la ocasión para declamar algunos poemas de los que aprendieron de su desaparecido abuelo.
Finalmente el Rector les dirigió unas breves palabras y, entre otras cosas, les dijo: «Como confiesa fray Luis de León acerca de santa Teresa, tampoco yo he conocido personalmente a don Jacobo; pero sí que lo he podido conocer a través de sus libros y de vosotros. De este modo, contemplo el retrato de un esposo enamorado, de un excelente padre de familia, de un albojense comprometido, de un verdadero español y de un cristiano cabal».