EL CANÓNIGO DON BARTOLOMÉ MARÍN VUELVE AL SALIENTE… POR NAVIDAD

El Santuario Diocesano de Nuestra Señora de los Desamparados del Buen Retiro del Saliente Coronada acoge, hasta finales del mes de enero, la exposición “El mejor de mis títulos” en conmemoración del X Aniversario de la muerte del primero de sus rectores: el canónigo albojense don Bartolomé Marín Fernández.

UNA DÉCADA SIN DON BARTOLOMÉ

El pasado 27 de octubre se cumplió el X aniversario de la muerte del canónigo don Bartolomé Marín Fernández, que había nacido el 20 de noviembre de 1925 en el castizo barrio albojense de la Loma de san Francisco. Este ilustre eclesiástico, que capitalizó durante buena parte del pasado siglo el mundo cultural almeriense, se dedicó al cultivo de las artes e impulsó la Tertulia Indaliana. Doctor en Filosofía y Letras, incansable escritor, pintor y diseñador… prácticamente no hubo campo artístico que no explorara con verdadera pasión. En su ministerio eclesiástico se centró en las obras caritativas, la atención pastoral a los ferroviarios y sus obligaciones para con el Cabildo de la Catedral almeriense.
La señalada efeméride coincidió con el recrudecimiento de la pandemia en su Villa natal, por lo que no hubo más remedio que limitar y posponer las actividades programadas. Por esta razón, y en cumplimiento de las exigencias sanitarias, únicamente se rezó un responso ante su tumba en el Cementerio Municipal de San José y se ofició una Santa Misa de sufragio en el Santuario Diocesano del Saliente.

“EL MEJOR DE MIS TÍTULOS»

Cuando en 1974 el Obispo don Manuel Casares Hervás nombró a don Bartolomé primer Rector del Santuario Diocesano del Saliente, éste confesó que había recibido “el mejor de mis títulos”. Partiendo de esta memorable frase, el Santuario del Saliente ha organizado una exposición con parte de las piezas donadas por don Bartolomé y otras que ya le pertenecían o han sido prestadas para la ocasión. En el renovado salón de exposiciones, al que se accede desde el claustro y desde la sala de acogida a los peregrinos, ha sido estrenado para tan memorable muestra. La mayor parte de las piezas son inéditas, con una abundante muestra de documentos personales y de gran valor sentimental.
Colgados de las centenarias paredes del Saliente, podemos admirar varios óleos sobre tablas con los inconfundibles trazos del canónigo. Ángeles y apóstoles, en su mayoría realizados a finales de la década de los ochenta del pasado siglo, así como dos obras inacabadas que la muerte le impidió concluir. Algunas de sus célebres caricaturas y dibujos a plumilla también han sido expuestas, como los relativos al Obispo Álvarez Gastón o a san Juan Pablo II. Impresiona observar el temprano retrato del beato Juan Ibáñez, el sacerdote que lo bautizó, y que fue realizado en 1942 en simple papel de embalar.
La colección documental, abundante y bastante representativa, expone de manera sintética la trayectoria intelectual y pastoral de don Bartolomé. Desde los apuntes de sus clases en el Seminario de Almería, hasta el esquema de la primera conferencia que ofreció o el recordatorio de su Primera Misa. Puede verse, igualmente, los garabatos con los que superaba el tedio de las clases o algunas actas de las fundaciones caritativas que presidió. Especial atención merece el primer libro que ilustró, obra del gran poeta don Bernardo Martín del Rey, o el inacabado manuscrito dedicado a su barrio y que tituló “La Parroquia de don Juan Ibáñez”.
Además de la obra de don Bartolomé, la exposición recoge la obra de otros tres artistas que guardan relación con él. Se trata de don Andrea Giuliani Cosci, pintor decimonónico italiano afincado en Almería; don Pedro Gilabert Gallego, escultor popular de Arboleas; don Francisco González Romero, pintor andaluz y el gran artista almeriense don Andrés García Ibáñez.

DESDE EL 27 DE DICIEMBRE AL 31 DE ENERO

La mañana del 27 de diciembre, con una temperatura gélida a pesar del radiante sol, el claustro del Santuario del Saliente fue el escenario de la ceremonia de inauguración de la exposición. El secretario del Santuario, don Juan Navarrete Ortega, saludó a los invitados y realizó una cariñosa semblanza de don Bartolomé. Especialmente recordó su vinculación con Albox y, de modo singular, con el Saliente: “en este Santuario fundó la Biblioteca, diseñó el balcón de la fachada principal y llegó a ser su primer Rector”.
Don Andrés García Ibáñez ofreció un brillante discurso, en el que confesó agradecido que: “el padre Bartolo fue mi padrino artístico”. Rememoró las horas de su infancia y adolescencia transcurridas en las calles de la Loma, así como tantas conversaciones acerca de sus maestros favoritos de la pintura. Compartió la confidencia última con la que don Bartolomé quiso autodefinirse: “soy un hombre de Dios y mi maestro es fray Angélico”.
Después el Rector del Santuario, don Antonio Jesús Saldaña Martínez, citó la invitación que el Papa Francisco lanzó a la Iglesia para abordar la “vía pulchritudinis” (camino de la belleza) como acceso a Dios y cómo don Bartolomé dedicó su vida a esta misión. Sobre su período como Rector del Santuario dijo: “ciertamente fue extraordinariamente breve, siendo más profeta que rector, pero necesitamos de soñadores para que nuestras metas sean elevadas y de altura”. Con efusión agradeció el trabajo de los miembros del Santuario en esta exposición, así como la presencia del Ayuntamiento de Albox, del Juzgado de Paz, de la familia de don Bartolomé y de don Andrés García Ibáñez. En sus palabras finales, propuso a los presentes volver a unir energías para que las cenizas de don Bartolomé descansen para siempre en el Santuario que siempre custodiará la memoria del más ilustre de sus Rectores.
Finalmente, todos pudieron disfrutar de la exposición que permanecerá abierta en el horario de apertura del Santuario (miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos por la mañana) hasta finales del próximo mes de enero.