El Santuario Diocesano del Saliente rinde homenaje a su primer ermitaño

El próximo dos de noviembre, conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de los Desamparados del Buen Retiro del Saliente Coronada acogerá la Misa de Réquiem a las doce del mediodía. Este año, de una manera especial, será ofrecida por el eterno descanso de dos ilustres albojenses que nos dejaron este mismo año. El primero es don Miguel Sáez Vizcaíno, fallecido el pasado nueve de febrero, que fuera profesor y miembro del Consejo del Rector del Santuario. El segundo es el célebre don José Miras Carrasco, que murió el seis de julio, y, además de ser Alcalde de Albox, fue secretario de la Fundación – Patronato del Saliente durante muchas décadas.

Tras la Eucaristía se bendecirá en el claustro el cenotafio dedicado al hermano Roque Leonardo Sánchez Escoriza, primer ermitaño del Santuario. Natural de Benitorafe, pequeño pueblo en el que nació en 1680, fue bautizado por el fundador del Santuario: el presbítero albojense don Lázaro de Martos. Marcado por la profunda devoción mariana de don Lázaro, durante veinticinco años se ocupó de la primitiva capilla de la Pequeñica. Su sincero fervor y dulce piedad le hicieron acreedor de la admiración de sus coetáneos, hasta su muerte a los sesenta y cuatro años en 1745. Tras fallecer, antes de sepultarlo en la Iglesia Parroquial de Santa María, se comprobó con sorpresa que su cuerpo permaneció incorrupto y flexible durante varios días. Este fenómeno agrandó la fama de virtud del hermano Roque Leonardo entre los peregrinos del Saliente.

Al recuperar la memoria del primer ermitaño del Santuario, se pretende rendir un sincero homenaje a los ermitaños que habitaron y cuidaron de la devoción a la Pequeñica durante buena parte de su historia. De hecho, salvo algunas excepciones, los ermitaños se convirtieron en los moradores del Santuario hasta la enfermedad del hermano Martín en la última década del siglo XX. De esta manera se honra la memoria de estos desaparecidos personajes que, hasta hace bien poco, configuraron una humilde característica de este popular Santuario Diocesano del Saliente.