El pasado domingo cientos de peregrinos inundaron el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de los Desamparados del Buen Retiro del Saliente Coronada por la romería de san Miguel Arcángel, Angelical Protector del Roel, en una jornada marcada por el fervor y el folclore más tradicional.
UNA ROMERÍA QUE RETORNA TRAS UN SIGLO DE OLVIDO
Desde tiempo inmemorial el Arcángel san Miguel ha sido venerado como el Angélico Protector del Roel, la montaña sagrada donde se ubica el Santuario del Saliente. La víspera, como señal de la inminente fiesta, los cortijeros del entorno encendían hogueras donde bailaban las típicas parrandas del Almanzora. En el día del Arcángel, los alrededores del Santuario acogían las fiestas de los peregrinos que acudían a sus devociones y al regocijo popular. La importancia de la romería de san Miguel era tal que, en 1878, el Obispo Orberá reunió la mayor concentración de peregrinos de toda la historia del Santuario en esta fecha. Sin embargo, los avatares históricos y una cierta pérdida en la devoción al Arcángel acabaron por relegar esta festividad en el calendario del Santuario del Saliente. Las incesantes invitaciones del Papa Francisco para retomar la devoción al Arcángel san Miguel, así como las peticiones de los peregrinos, han hecho que el Santuario decidiera apostar este año por retomar esta romería.
UNA JORNADA FESTIVA
El 29 de septiembre amaneció con un tiempo magnífico en el Roel, luciendo el «veranillo de san Miguel» en todo su esplendor. Cientos de cortijeros, velezanos, oretanos, granadinos, murcianos y albojenses dejaron pequeño el templo del Santuario. En su camarín, exquisitamente adornado con flores rosas por don Manuel Jesús Sánchez Reche, la sagrada imagen de la Pequeñica concentraba todas las miradas. El repique de las campanas anunció la Misa solemne, que contó con la interpretación de cánticos tradicionales. El Rector, don Antonio Jesús María Saldaña Martínez, recordó en su homilía el interés del Papa en recurrir a la protección del Arcángel para protegernos del mal. Así mismo, enfatizó que ese día la Iglesia celebraba la Jornada de los Migrantes y cómo la defensa de los más débiles forma parte inexcusable del ser cristiano frente a las ideologías xenófobas o egoístas. Los vítores alcanzaron su cenit cuando la imagen de san Miguel, restaurada a la sazón por don Joaquín Gilabert, se inclinó ante la Virgen del Saliente. Fue portado en unas andas prestadas por la Parroquia de San Bartolomé de los Cerricos, en una multitudinaria procesión que abría el estandarte de la Pequeñica. Llegados a los Dientes de la Vieja, el lugar donde la tradición sitúa la aparición de Nuestra Señora a Lázaro de Martos, todos oraron la plegaria que el Papa León XIII compuso para san Miguel. Durante toda la procesión se interpretaron los trobos que hicieron las delicias de los peregrinos. Al final, el Restaurante-Hospedería del Saliente se vio desbordado por la afluencia de peregrinos que repararon sus fuerzas en su cocina.
Fotografías: María del Saliente García y Miguel Ángel Reche.