“LA IMPRESIÓN QUE DESDE EL PRINCIPIO HE TENIDO AL CONTEMPLAR A LA VIRGEN DEL SALIENTE ES QUE REFLEJA LA SENCILLEZ Y PUREZA DEL ALMA DE MARÍA”. ENTREVISTA A DON JAVIER OCAÑA GÁMIZ

El próximo ocho de septiembre, Solemnidad de Nuestra Señora de los Desamparados del Buen Retiro del Saliente Coronada, Excelsa Patrona de los albojenses, don Javier Ocaña Gámiz presidirá la Solemne Santa Misa en el Santuario Diocesano del Saliente.
Don Javier Ocaña Gámiz nació en Almería en 1987. Después de cursar la Licenciatura en Derecho, ingresó como seminarista de la Diócesis de Almería en 2010, simultaneando los estudios filosófico-teológicos con el Doctorado en Derecho. Ordenado sacerdote en 2015, fue enviado a estudiar Sagrada Escritura al Pontificio Instituto Bíblico de Roma tras lo cual, una vez licenciado, regresó a la Diócesis para ejercer el ministerio como párroco de Abla, Gérgal, Nacimiento y otros pueblos de la misma comarca, así como para desempeñar la labor de profesor del Seminario. Desde septiembre de 2019 es rector del Seminario Diocesano de Almería, donde sigue impartiendo clases, tanto de materias de Antiguo Testamento como de lengua griega.
A continuación, recogemos una breve entrevista realizada los días previos a la Festividad de nuestra Madre.
¿Cómo recibió la invitación del Santuario para presidir la Santa Misa en la Solemnidad de Nuestra Señora de los Desamparados del Buen Retiro del Saliente Coronada y qué significado tiene para usted?
Recibí la invitación de parte del rector del Santuario, don Antonio Jesús María Saldaña, con sorpresa y como un honor especial. Lo considero una gran responsabilidad, por la importancia que tiene el Santuario como referente de fervor mariano en nuestra Diócesis de Almería. Y sobre todo porque se trata de una ocasión privilegiada de proclamar por medio de la predicación las grandezas de la Santísima Virgen María ante tantas personas que acudirán a venerar su sagrada imagen llenas de fervor y amor filial.
¿Conocía el Santuario Diocesano de Nuestra Señora del Saliente? ¿Ha tenido ocasión de acudir algún año durante la Romería?
Sí lo conocía, aunque no he tenido hasta ahora la ocasión de acudir a la Romería. Recientemente lo visité en el marco de una peregrinación con el Seminario Mayor de Almería al final del pasado curso pastoral, por invitación de su rector, don Antonio. Tuve entonces la oportunidad de conocer muy bien el conjunto del Santuario, en el que se advierte la entrañable veneración que allí recibe la Santísima Virgen María.
¿Qué le transmite la Venerada Imagen de Nuestra Señora del Saliente Coronada?
La impresión que desde el principio he tenido al contemplar a Nuestra Señora del Saliente es que refleja la sencillez y pureza del alma de María. A mi modo de ver, transmite al mismo tiempo, por un lado, la grandeza de sus dones y la singularidad de su papel en la historia de la salvación de Dios en favor de los hombres, y por otro, la humildad con que Santa María vivió su inigualable misión.
¿Alguna experiencia relacionada con la Virgen del Saliente que le gustaría destacar?
Me gustaría destacar que el Santuario se percibe enseguida como un lugar acogedor, que invita al recogimiento y la oración. Y ello se debe a que la Santísima Virgen, que allí se venera con tanto cariño, es siempre Madre acogedora que nos acerca a Dios. Haber rezado el Santo Rosario ante su Imagen y haber podido celebrar allí la Santa Misa son experiencias edificantes que me hacen desear volver allí.
¿Qué mensaje les transmitiría a los peregrinos que este año a causa de la pandemia no pueden acudir a las plantas de Nuestra Señora?
Les diría que el Señor conoce lo que hay en el corazón de cada persona, y sabrá reconocer en los devotos de la Virgen su amor y deseos de rendir homenaje a la Madre de Dios, aunque este año no todos cuantos quisieran podrán mostrar su piedad acudiendo hasta el Santuario el día de la Romería, como habrían hecho en circunstancias normales. Como el Papa Francisco nos ha hecho notar, la situación que estamos padeciendo es una ocasión para examinar nuestra fe, purificarla y fortalecerla, con el auxilio de la gracia. Como Dios es capaz de sacar bienes de los males que nos afligen, no poder acudir este año al Santuario puede convertirse en una ocasión para intensificar la conciencia de la presencia maternal de María en nuestra vida cotidiana y acrecentar así nuestro amor a la Virgen. Y ello con la esperanza de volver, cuandoquiera que termine esta pandemia, a participar como otros años en la Romería.