Al salir las andas de la Pequeñica para la procesión de alabanzas, en un bello gesto hecho con el corazón, el Alcalde – que acababa de presentar a la Virgen del Saliente a su hijo Hernán, nacido hace cinco meses – se desprendió de su bastón de mando y lo depositó a sus pies. Embestida con este emblema, que únicamente porta en Albox por ser su Alcaldesa Perpetua desde 1988, paseó por las encantadoras calles de Chirivel con la música de los Auroros de Lorca, la Cuadrilla de Ánimas del Saliente y la Banda Municipal.
La primera parada tuvo lugar en la Residencia Bautista Galera, donde recibió el entrañable cariño de los ancianos que hizo llorar a todos los presentes. Las ancianas incluso se desprendieron de sus humildes pulseras para ofrecérselos a la Virgen del Saliente y, ya que lo hicieron con tanto cariño, se colocaron en sus andas como las más valiosas alhajas.
De manera espontánea, decenas de poetas declamaban sus versos al paso de la Pequeñica. No debo olvidarse que, precisamente de Chirivel, era el poeta Julio Alfredo Egea que escribió la letra del himno de Coronación en 1988. El sofocante calor no impidió el lento discurrir de la procesión, a la que siguió una deliciosa paella bajo los vetustos árboles del paseo de Chirivel.