Muy queridos velezanos:
Al celebrarse las espléndidas fiestas estivales de vuestra Villa, el Ilustrísimo Ayuntamiento quiere dejar constancia de la histórica visita que la sagrada imagen de Nuestra Señora de los Desamparados y del Buen Retiro del Saliente Coronada os ha realizado. La hemos disfrutado enormemente, con la grandeza que imprimís a todas vuestras tradiciones y la espontánea piedad que surge de vuestra identidad católica. Durante trescientos años habéis aguardado pacientemente esta Visita y, por fin, nuestro nuevo Prelado os quiso hacer este magnífico regalo que tanto os merecíais. Se trata, por tanto, de un don llegado con todo el amor paternal del Obispo; pero, es preciso reconocer, también con la generosidad y la sabiduría cordial de los albojenses. No todos los pueblos saben entender tan correctamente la verdadera devoción a su Patrona y, en este caso, los hijos de Albox han demostrado con creces que comprenden custodiar un tesoro tan valioso.
Os puedo asegurar personalmente, así como en nombre de todos los que trabajamos en este Santuario Diocesano del Saliente, que nuestro gozo es unánime al ser testigos de vuestra desbordante devoción. Es cierto que, para experimentar esto, no era menester que la sagrada imagen os visitara. Vuestros antepasados y vosotros mismos lo habéis consignado, siglo tras siglo, en las reiteradas peregrinaciones desde vuestra Villa hasta la cima del Roel. Sería imposible aproximarse al devenir histórico de la Pequeñica sin testimoniar el indeleble amor tributado por los velezanos de todas las épocas. Se trataba, más bien, de una delicadeza de amor que de verdadera necesidad. Sabéis de sobra que la Madre de Dios siempre está con vosotros y, como todo el mundo conoce, Vélez – Rubio es uno de los enclaves marianos por antonomasia de toda la tierra almeriense.
Me siento incapacitado para decir alguna palabra acerca de las memorables jornadas que la Pequeñica fue venerada en vuestra magnífica Iglesia Parroquial de la Encarnación. Imagino que cada uno de vosotros atesorará vivencias fantásticas de aquellos días. Me limito, en consecuencia, a daros las gracias por tributarle públicamente tanto amor. Si me atrevo, aunque humildemente, a presentaros una súplica. Os ruego que sintáis como casa propia el Santuario Diocesano del Saliente. Al tratarse de la casa de nuestra buena Madre, ¿cómo puede alguien sentirse forastero en éste? No dejéis de peregrinar y de disfrutarlo, porque os prometo que seréis bien recibidos.
Pido, finalmente, que la Pequeñica os bendiga maternalmente a todos. Desde su camarín, la llama de la lámpara votiva que habéis ofrecido será un permanente recuerdo de que Nuestra Señora de los Desamparados del Buen Retiro del Saliente Coronada es la Reina de los Vélez.
Antonio J. M. Saldaña Martínez
Rector del Santuario Diocesano del Saliente