El día de Difuntos, casi como culminación de la tradicional Feria de los Santos, la Villa de Albox erigió una nueva Santa Cruz en el Santuario Diocesano del Saliente durante una emocionante ceremonia pletórica de música y de memoria.
UNA SANTA CRUZ EN LA ROTONDA DE ENTRADA AL SANTUARIO
La pandemia de Covid-19, que tantos estragos ha causado en el mundo entero, también ha propinado un duro zarpazo a los albojenses. Casi cuatro decenas de fallecidos, causando el dolor en un considerable número de familias y seres queridos. Por esta razón, el Ayuntamiento de Albox ha querido alzar una Santa Cruz conmemorativa en el Santuario Diocesano del Saliente.
La Cruz en sí, obra insigne de forjadores albojenses de hace doscientos años, es muy elegante y está pintada en sobrio negro. Una gran lápida de mármol blanco, instalada en la enorme roca de travertino amarillo ya existente, luce las linajudas armas de los Fajardo que constituye el escudo de Albox.
En grandes caracteres, resaltados con sangre toro, está esculpido el Trisagio que reza la Iglesia ante las calamidades desde el siglo V y la dedicatoria de la misma: «La Villa de Albox erige esta Santa Cruz en sufragio de todos los que murieron durante la pandemia de coronavirus. Sea consuelo por las lágrimas vertidas, así como por los sufrimientos del alma y del cuerpo que padecimos. Sea acción de gracias a nuestra Excelsa Patrona porque continuamos peregrinando en este mundo, con la misión de transformarlo y luchar por la justicia».
«HOY ALZAMOS Y BENDECIMOS ESTA CRUZ COMO SE HAN ALZADO MILES Y MILES EN EL MUNDO ENTERO»
La sobria ceremonia de inauguración y bendición, celebrada bajo un fuerte vendaval, se inició con el saludo del concejal Agustín Carmona Jiménez. El edil albojense indicó que: «este acto de recuerdo, en un lugar tan importante como es el Santuario Diocesano del Saliente; quiere ser un homenaje a todos los que murieron durante la pandemia, sean o no sean de Albox».
El Rector del Santuario, Antonio Jesús María Saldaña Martínez, ofició un breve responso en el que dijo: «Hoy alzamos y bendecimos esta Cruz, acariciada por los aires maternos del Saliente, como se han alzado miles y miles en los cielos del mundo entero. Cruces sobre los nombres de tantos como han muerto y que, a su vez, han crucificado los corazones de sus seres queridos. Pero esta Cruz, porque es la de Jesucristo, se erige como llamada a la esperanza en la eternidad y promesa del reencuentro en el Paraíso».
Tras la bendición de la nueva Santa Cruz y el descubrimiento de la lápida, un conjunto de cuerda procedente de Vera y formado por músicos ingleses, interpretó diversas piezas de hondo sentido espiritual en tan maravilloso enclave de la sierra de las Estancias.
