El pasado veintiocho de agosto, Festividad de San Agustín, Obispo y Doctor de la Iglesia, nos trasladamos hasta la Capilla de Nuestra Señora del Carmen de Garrucha, para conversar con don Domingo Fernández Navarrete, quien ocupará la oratoria a partir de mañana en el Solemne Novenario en honor a Nuestra Señora de los Desamparados del Buen Retiro del Saliente Coronada.
¿Qué siente al ser el encargado de predicar el Novenario a Nuestra Señora del Saliente Coronada?
«Es un orgullo para mí. Yo soy de Albox, he pasado mucho tiempo fuera, ya que a los once años me fui, pero siempre he pasado por allí y me he asomado, he hecho mis peregrinaciones para encontrarme con Nuestra Madre. Estando en la Parroquia de Vélez Rubio hicimos dos veces la peregrinación al Santuario y se estableció una peregrinación anual que aún hoy creo que se sigue realizando en las proximidades al ocho de septiembre. Tengo ganas de estar en mi pueblo estos días, de orar la Virgen, no tanto a la Virgen, sino de orar la Virgen, de pedirle, de tener su Imagen delante, contemplarla y que a cada uno le broten las palabras del corazón».
Trasladándonos a tiempos pasados… ¿cuáles son los primeros recuerdos que conserva de la Virgen del Saliente?
«Lo primero que me viene a la cabeza es la peregrinación al Saliente siendo niño con mis padres. Entonces se iba con las bestias, llevábamos la comida y las cosas necesarias para estar varios días allí. Lo recuerdo con mucho cariño, la cantidad de gente, el fervor, la pasión de tantísimas personas. Recuerdo también como había un afán en aquel tiempo por ayudar a otras personas, por compartir lo que se llevaba. Entonces era raro el caso de gente que peregrinara y no llevara algo para repartir a las personas necesitadas que allí se congregaban.
Otra cosa que recuerdo con mucho cariño, es esta medalla de la Virgen que me regaló mi padre bastantes años antes de morir y que siempre llevo conmigo.
Y luego yo que he pasado por algún trance especial, durante una complicada enfermedad, puedo decir que siempre he estado en manos de la Virgen del Saliente. Mi persona y mi vida ha estado en las manos de Dios fundamentalmente y en las manos de la Virgen del Saliente».
¿Algún momento emotivo que haya vivido junto a la Pequeñica?
«Muy entrañable para mí fue la celebración de mis veinticinco años de sacerdocio, que los celebré en el Santuario junto a la Virgen del Saliente, con mis familiares, compañeros, gente de pueblos en los que había estado… y tengo un buen recuerdo de aquel día.
Otro momento muy importante, que ya he manifestado en otras ocasiones, fue la Coronación Pontificia de la Virgen, en la que fui maestro de ceremonias. Por aquel tiempo yo estaba en el seminario y los sacerdotes de Albox me encargaron a mí que fuera el maestro de ceremonias de tan importante celebración. Y por último, la Proclamación del Patronazgo de la Virgen sobre la Villa de Albox, el pasado uno de mayo, es otro día que recuerdo con mucha emoción».
¿Alguna experiencia relacionada con la Virgen del Saliente que le gustaría destacar?
«La última experiencia en ese sentido, relacionada con la Virgen del Saliente y el Santuario, fue una peregrinación que realizamos desde la Parroquia de Garrucha, hace unos años, coincidiendo con el Año Jubilar, y dejamos como recuerdo la campana que hay en la puerta de la sacristía, que pertenecía a un antiguo barco.
Me gustaría destacar que el Santuario es un medio de cercanía a Dios, de abrir el corazón a Dios, como dice el Papa, y la Virgen del Saliente es un icono que tanto nos habla de Dios y de su grandeza».
Si tuviera que hablarle a alguien de Nuestra Madre de los Desamparados, ¿qué le diría?
«Esta mañana, una señora me ha abordado por la calle, para preguntarme acerca de la Virgen del Saliente, y le he explicado algunos detalles de la Imagen. Se trata de una pieza excepcional, que presenta una serie de rasgos que no son comunes y eso es muy bonito. Pero si tuviera que decir algo de la Virgen del Saliente es que por Ella, y así nos lo recuerdan los santos, podemos llegar a Dios. Es cuestión de abrir el corazón, ya que una persona que se sabe amada, y nosotros somos amados por Dios, esa persona ama».