III siglos de historia

En la sierra de las Estancias, en la cara norte del valle del Almanzora, se encuentra el monte Roel a mil setenta metros de altitud. Enrocado al Sur, domina las ramblas del Saliente, de Albox y de Oria que confluyen en el río Almanzora que desemboca en el mar Mediterráneo. Miles de almendros, que se cubren de níveos pétalos durante los fríos de febrero, le hacen las veces de jardín. Dista veinte kilómetros de Albox y guarda distancias prácticamente paralelas con las ciudades de Almería, Granada y Murcia.

Precisamente en este monte Roel, habitado desde hace milenios por antiguas civilizaciones, se levantó en los albores del siglo XVIII un modesto templo a Nuestra Señora de los Desamparados del Buen Retiro Coronada. Así lo atestigua la lápida de mármol que se conserva en el Santuario:

III siglos de historia

« Fundaron esta ermita

D. Roque Tendero, Beneficiado

y Cura; y don Lázaro

de Martos, Cura, ambos

del Box; año de 1716.

Ave María. »

La devoción a la Pequeñica creció y se expandió con gran rapidez, multiplicándose en poco tiempo las donaciones y mandas testamentarias a su favor. En 1722 el presbítero don Lázaro de Martos, con el objetivo de asegurar el futuro de la concurrida ermita,  fundó una obra pía:

«Para que de ella se siga el mayor culto, veneración y adorno de la Santísima Virgen, y que los labradores y moradores circunvecinos, así del término desta villa como de Vélez el Rubio y Oria tengan el consuelo y alivio de poder oír misa en dicha ermita todos los domingos y días festivos del año.»

Una comunidad de ermitaños, fundada por el hermano Leonardo Roque Sánchez, se ocupaba de la devoción a Nuestra Señora y la atención de los cada vez más numerosos peregrinos. La vida eremítica, salvo algunos intervalos temporales, será una constante en el Santuario hasta inicios del presente siglo.

Cuando aún no había transcurrido ni medio siglo desde la fundación de la ermita, la imparable afluencia de peregrinos y la pobreza de su fábrica plantearon la necesidad de una nueva construcción. Es entonces cuando aparece en la historia del Santuario la figura clave del Obispo don Claudio Sanz y Torres. Este gran Prelado almeriense:

«Con magnanimidad de corazón, emprendió la sólida y sumptuosa obra del Santuario de Nuestra Señora del Saliente, situado a tres leguas de Albox, pueblo de su Obispado, para que allí tuviesen Misa y pasto espiritual muchas de sus ovejas que, por vivir en cortijos distantes, no podían acudir a los pueblos y con la mira de poner allí varones apostólicos que, esparciéndose en tiempo en tiempo por todo el Obispado les hiciesen misión.»

Durante toda una década, desde 1764 hasta 1774, se construyó el actual Santuario con su palacio episcopal y dependencias anejas. Las persecuciones que sufrió este virtuoso Prelado, así como su muerte en 1779, precipitaron la conclusión del ambicioso proyecto.

La desamortización llevada a cabo por el rey don Carlos IV en 1798, que arrebató al Santuario buena parte de sus tierras, fue el preludio de una etapa de graves dificultades. En 1810, durante la Guerra de la Independencia, el general don Joaquín Blake ordenó sustraer las principales alhajas del Santuario. En los años posteriores, las desamortizaciones liberales fenecieron los pocos bienes rústicos que aún poseía el Santuario.

Aunque el Santuario fue privado de sus ingresos, los peregrinos acrecentaron su devoción a la Pequeñica. En el Santuario, convertido en el centro espiritual de la comarca, comenzó la administración de sacramentos desde 1821 hasta la actualidad. El Obispo don José María Orberá y Carrión, el veintinueve de septiembre de 1878, convocó una gran peregrinación a la que acudieron más de treinta mil peregrinos y consolidó al Saliente como el gran Santuario almeriense.

III siglos de historia
III siglos de historia

La irrupción del siglo XX en el Santuario significó una serie de restauraciones y mejoras en la devoción a la Pequeñica. Todo, incluido el intento de coronación pontificia de la sagrada imagen, quedaría abruptamente interrumpido por la Persecución Religiosa. La sagrada imagen de la Pequeñica pudo ser ocultada en connivencia con las autoridades republicanas, pero el Santuario fue incautado el veintiséis de julio de 1936. En tan terrible período fueron destruidas las imágenes devocionales, los retablos, los lienzos, los libros, los recuerdos de los peregrinos y hasta las campanas del Santuario. Buena parte del clero albojense, con el Arcipreste Beato Juan Ibáñez a la cabeza, fue martirizado.

El doce de abril de 1939, concluida la Guerra Civil Española, el saqueado Santuario fue devuelto a la Iglesia Católica y se emprendió la ardua reconstrucción. Entre 1953 y 1975 la Cofradía de Nuestra Señora del Saliente se haría cargo de esta misión.

Durante el pontificado del Obispo don Alfonso Ródenas García, el Santuario recibió un fuerte impulso. El propio Prelado lideró dos grandes peregrinaciones, una junto a mil quinientos jóvenes de Acción Católica en 1948 y otra en 1954 con motivo del Año Santo Mariano. En esta última se propuso, por segunda vez, la coronación pontificia de la sagrada imagen. Además, fue trasladada a la ciudad de Almería para participar en el gran homenaje diocesano a la Inmaculada.

En 1970 el Obispo don Manuel Casares Hervás permitió que se reanudasen las visitas de la sagrada imagen de la Pequeñica a Albox y concedió gracias especiales al Santuario con motivo de los diversos Jubileos. El nombramiento como Rector de don Bartolomé Fernández Marín supuso la apertura del Santuario al panorama artístico y cultural, simbolizada en la fundación de la Biblioteca en 1974.

Sus sucesores, los presbíteros don Antonio Rueda Moreno y don Pedro María Fernández Ortega, impulsarán una gran transformación en el devenir del Santuario. En este período darán comienzo las investigaciones históricas acerca del Santuario con numerosas publicaciones. En 1981 se bendijeron las magníficas andas de plata, en 1986 se restauró el templo y el suntuoso templete que custodia la sagrada imagen y culminaron con éxito la coronación pontificia que se celebró el siete de agosto de 1988 por concesión del Papa San Juan Pablo II.

El pontificado del Obispo don Adolfo González Montes supondrá una nueva etapa en el Santuario, con la regularización de las visitas de la sagrada imagen de la Pequeñica en 2005. En 2016, al conmemorarse el III Centenario de la primitiva ermita levantada en el Roel, el Santuario Diocesano del Saliente festejó su primer Jubileo propio que concedió el Papa Francisco y atrajo un número ingente de peregrinos provenientes de toda España.

En 2018 el mismo Prelado, a petición de las autoridades y el pueblo albojense, nombró a la Pequeñica como Patrona de Albox. Refrendado dicho Patrocinio por el Papa Francisco un año después, el uno de mayo de 2019 se celebró triunfalmente este Patronazgo. 

A día de hoy el Santuario Diocesano del Saliente continúa acogiendo a miles de peregrinos que, más allá de su belleza natural y artística, buscan a través de su historia las maternales caricias de la Pequeñica.